Cerramos paréntesis.
Han terminado los anuncios, la publicidad de lo que pudo ser y no fue, y retomamos la película.
Casi seis años después los cambios son más que evidentes pero todos los personajes siguen en escena.
Las caras nuevas son las menos y hay miradas que, aunque casi ni se atreven a cruzarse, nunca cambiaron.
Alguien tiene la mirada más triste que el corazón y algún corazón está lleno de rasguños. Pero todos laten.
Y las mismas bocas con las mismas voces se esfuerzan en buscar nuevas palabras para poder explicar distintas sensaciones. Sin olvidar quienes son.
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