miércoles, 21 de octubre de 2015

sea

Otra vez ha pasado.
Nos ha pasado.
Me ha pasado.

Las historias pequeñas que se hacen gigantes, que no pueden ser y por eso son, porque si no, no juego. Con África en los tobillos y el mar en las caderas sudamos entre desiertos que terminaron siendo agua. Y ganamos juntos. Y seguimos solos. No descubres nada, si es fácil ver de mí lo que yo no quiero es porque no me importa, es porque así sí juego. Ni trajiste zumo, ni te llevé al metro, ni jugamos limpio, ni dormimos. Nada. Es parte del encanto de los cuentos que me gustan, los que me creo, los que yo escribo. Que la esquina de mi cama tiene todavía besos.

martes, 13 de octubre de 2015

Otoño

El sol de otoño me calentó los huesos,
echó el frío de la punta de los dedos de mis pies,
me hizo parpadear varias veces antes de poder ver,
me recordó a ti.
Hoy el sol de otoño me enseñó que el naranja también me gusta,
que el burdeos no sólo es vino,
que el rojo cae planeando desde cualquier árbol.
El sol de otoño se escurrió entre las ramas,
secó las hojas,
cerró mis ojos,
me llevó lejos.
Hoy vi el sol de otoño caminando por la orilla de Cabo de Palos,
sentada en un césped que empieza a morir, que casi cruje,
tumbada en la cama con un libro en las manos,
de pie tras una esquina cualquiera en Londres.

sábado, 15 de agosto de 2015

Perfect day

Por las miradas mantenidas en cualquier vagón de metro, por el último pensamiento valiente que te impulsa a hacer algo que temes, por las cosquillas en el estómago como medida de felicidad.
Por hacer de hoy un día diferente, por dejarse llevar con miedo pero también con ilusión. Porque querer es poder y por eso sin querer no hay nada.
Porque sí, porque nos da por ahí, por las canciones que teletransportan tanto como los libros. Por esos libros, por el mar, por un vaso de agua cuando mueres de sed o el primer bocado de tu comida favorita.
Por las tardes con amigos en las que arreglar el mundo no hace falta porque con ellos todo va bien, por el mundo, por los amigos. Por dar sin que recibir se te pase por la mente, por atreverse, por arriesgar, por perder y por ganar.
Por las mañanas en las que podemos ser gatos y remolonear en la cama sin más preocupación que no olvidarnos de respirar, por las tardes de lluvia en compañía, por las pelis que curan aunque te hagan llorar.
Por ti.
Y por mí.
O

lunes, 27 de julio de 2015

Sonrisa Valiente

El viento de medio día tapa con nubes el sol del amanecer. 
Y Julio no tiene piedad y me obliga a usar abrigo y botas. Y caen las primeras gotas, y yo sigo sin paraguas y me juro que si aguanté así todo el invierno sobreviviré así a esto que llaman verano. Y si tengo que conformarme con el agua de lluvia lo haré saltando en cada charco, con botas de agua y gafas de sol. Con la risa más sonora, con la sonrisa más valiente.
Y, aunque te pienso, sigo aquí.

lunes, 13 de julio de 2015

La Playa

Las mañanas de playa en frente de casa de los abuelos, los paseos hasta la curva, las tardes apoyados en el muro esperando a que te toque jugar al boley. Las treinta veces que te paras a saludar a alguien desde que sales de casa hasta que llegas al pueblo.
Los “mamá hoy ceno bocata que he quedado antes” aunque  el plan fuera el de siempre, unas pipas en Enrique o cualquier banco del paseo. Los domingos de mercadillo en los que aprendimos a no esperar a las Ródenas ni a Javi, las tardes en misa. Fiestas de pijamas con ladrones imaginarios, madres con más paciencia que un santo, noches de cine de verano rociados de aután y con la chaqueta que nos habían obligado a llevar porque por la noche refresca.
Y de pronto éramos mayores y se nos hacía de noche en la playa, pero ya no importaba porque en vez de a las 10 quedábamos a las 12. Y nos arreglábamos y ellos se ponían camisa y nosotras nuestros tesoros del mercadillo de la semana anterior, y bebíamos primero vodka y luego chupitos de cualquier cosa que nos quisieran dar. Y con 16 años fuimos los reyes del mundo y no había nada mejor que ir llegando por la mañana a la playa y poner en común la noche, con restos de pintura en los ojos, con sellos de discoteca en las manos.
Y cuando nos dimos cuenta íbamos a la universidad. Vidas nuevas para todos, otra rutina, otros planes, miradas al futuro. Y si antes habíamos sido mayores ahora éramos casi adultos. Y cada año, pasase lo que pasase, el invierno con la mente en Cabo Palos y  los veranos en la arena.
Y este verano estoy lejos, más que nunca, y lo echo mucho de menos… El sabor a sal, el olor a crema, el tacto de las toallas secas después del agua del mar. Echo de menos el faro, los pies cabopaleros, las resacas bajo el sol y las noches que cenamos todos juntos. A mi familia, el gazpacho de mi abuela y  a mi abuelo quejándose de cada grano de arena que entra en casa porque no nos hemos lavado bien los pies. Las siestas con el tour de fondo, los granizados en la ola, las fiestas de día en el patio de delante, la lluvia de estrellas con sudaderas en la arena.
Y a vosotros. Mucho.


#echodemenos

O

jueves, 21 de mayo de 2015

Que

Que no eres tan, ni tanto, como pensabas.
Que se te queda grande, que te haces pequeño.
Que te asumas, que te atrevas a decir en voz alta lo que tratas de no pensar.
Que la vida es esto, pero puede ser más.
Que así no se juega y cuando pierdas será tarde.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Cientoveinte

No importa el color del cielo si cuando lo miro veo un avión.
No importa el final del juego si mientras juego puedo reír.
No importa lo que no digo si lo que digo es lo que quiero decir.
No importa lo que no fue si lo que es me hace feliz.

Ausencias sin nombre, ni por qué.
Ausencias que, huérfanas de motivo, consiguen tener significado.
Ausencias que, en vez de restar, suman.




domingo, 4 de enero de 2015

Gone with the wind

Hoy cambio-amos. Hoy no somos música, hoy somos película.

El tiempo vuela y las palabras se las lleva el viento. No sé si en la misma dirección que el tiempo, aunque si lo pienso decido que probablemente sí. En algún lugar del espacio están mis días y palabras pasadas, y están riendo.
Vuelvo al tiempo volador, que se me escapa sin darme cuenta, que me sorprende. En poco tiempo caben muchas cosas, caben muchas personas, caben muchos anillos que girar en mi cintura planetaria, que a veces puedes creer que es tuya, pero siempre será mía.
Lo que el viento se llevó no lo hizo para olvidar, sólo cambió de lugar cosas buscando el desorden necesario.
Lo mejor de los caminos es hacerlos al andar.
Y saltar.