lunes, 23 de junio de 2014

Con las ganas

Pasear de noche por sitios públicos que se vuelven privados en el silencio. Con más cervezas que sentido común en la cabeza, con alguna intención aún sin identificar. Algunos pensamientos de esos que no te atreves a decir en voz alta porque sería reconocerlos, algunos miedos. Siete días.
Ocho.

miércoles, 18 de junio de 2014

Así fue

Y de repente hay globos en el cielo, tú los ves antes que yo, y me avisas, y pienso en UP! y saco una foto, pero ya es tarde porque los globos van muy rápido. Y tú que has sido muy listo no has apartado la mirada y los has visto irse mientras yo rebuscaba en mi bolso y me lo perdía todo.
Atardecemos charlando con cara de locos, después de otras caras más bonitas y también más feas. Después de nadar hasta otro país que está al fondo a la izquierda. Antes de saltar al vacío, después de excavar recuerdos. Un camino de Delibes, unos renglones de Luca de Tena, unas venas abiertas de Galeano. Mil películas, cienmil canciones, algunas recetas, muchos secretos. Todos los besos. Los cabos y los palos, las palabras que no entendimos, los cactus, las copas de vino, los ojos de cobra (y los de Jon Kortajarena). Pastillas para dormir, zumos y cafés para despertar. Querer parar el tiempo.

jueves, 5 de junio de 2014

Aquellas pequeñas cosas

Me gusta dormir boca abajo y mirando la pared, que en mi habitación queda a mi izquierda. Me gusta tener la persiana lo suficientemente bajada como para que la luz que entre sea tenue pero el aire fresco constante. Me gusta tener muchos libros pendientes en la mesilla porque, aunque últimamente casi no leo, me gusta pensar que estoy a punto de volver a hacerlo. Me gusta despertarme con el tiempo suficiente para poder ir a mi ritmo. Me gusta desayunar sola y vestirme escuchando música. Me gusta quedarme en la cama cinco minutos y leer los whatsapps de quienes madrugan más que yo.
Me gusta llegar a casa y que mis perros corran a saludarme. Me gusta llegar a casa, a secas. Me gusta cocinar cuando no tengo que hacerlo y me gusta cenar con mi familia. Me gustan las sobremesas en las que siempre nos reímos y me gusta pensar que somos especiales por terminar siempre a carcajadas. Me gusta mi familia, que no es normal pero es preciosa.
Me gusta sentir tanto como siento. Me gusta dejarme llevar, me gusta no tener miedo a sentir, me gusta jugar aunque a veces sepa que al final va a doler. Me gustan mis amigos. Me gusta la sensación de admiración que me hacen sentir cuando veo cómo hemos crecido y que cada uno, a su manera, está buscando, construyendo o imaginando su propio camino. Me gusta sentir lo diferentes que somos y lo igual que nos queremos.
Me gusta que el sol me deslumbre cuando salgo a la calle, me gusta el sol, me gusta la calle. Me gusta caminar pensando en mis cosas, mirando a todos lados y sin fijarme en nada. Me gusta cantar siempre, o casi. Me gusta ir al cine. Me gustan los domingos de sofá, peli y manta. Me gusta la cerveza y, cada vez más, el vino.
Me gusta el mar, mucho. Me gusta el olor a mar, me gusta el sabor a mar que se queda en la boca después de un baño, me gusta el sonido sordo que se escucha cuando tienes la cabeza sumergida.
Me gusta lo mucho que me gusta lo que me gusta, me gusta ser exagerada. Me gusta.

O*

martes, 3 de junio de 2014

Cuando fuimos los mejores

Recuerdo ser pequeña. Recuerdo algunas cosas de la guardería, clases, sillas, canciones. Recuerdo a varias personas y recuerdo momentos concretos.
No tan pequeña ya, recuerdo las navidades en familia, a mis primos hermanos, que fueron antes hermanos que primos. Recuerdo nudos en la garganta por echar de menos a mi padre y recuerdo mi pared forrada de papel rosa con paraguas de colores.
Recuerdo jugar a "quien vea primero el faro gana" y recuerdo inventarme nuevas especies de animales para que vivieran en mi granja. Recuerdo contar algunas mentiras tan surrealistas que me estoy riendo mientras escribo.
Recuerdo jugar al elástico y a la comba, a las palmas, a pi. Recuerdo la felicidad que sentí la primera vez que me salió hacer un lazo y recuerdo la falda azul marino con lazada que llevaba el día que lo conseguí. Recuerdo ir en coche cantando veneno en la piel y navegar en el "Clementina" a ritmo de pimpón era un muñeco.
Recuerdo olores y algunos juguetes que, poco a poco, fueron desapareciendo de mi vida. Creo que recuerdo todas mis habitaciones pero no soy capaz de recordar con exactitud todas las casas en las que he vivido. Recuerdo muchos colegios, muchos compañeros. Recuerdo profesores que sabían enseñar, recuerdo algunas de las cosas que aprendí.