miércoles, 25 de marzo de 2015

Cientoveinte

No importa el color del cielo si cuando lo miro veo un avión.
No importa el final del juego si mientras juego puedo reír.
No importa lo que no digo si lo que digo es lo que quiero decir.
No importa lo que no fue si lo que es me hace feliz.

Ausencias sin nombre, ni por qué.
Ausencias que, huérfanas de motivo, consiguen tener significado.
Ausencias que, en vez de restar, suman.




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