lunes, 23 de septiembre de 2013

No me vuelvas la espalda por eso

(no soy perfecta pero...)

Creo que los errores son voluntarios. No porque el hecho o acto que consideramos erróneo sea hecho a sabiendas, sino por nuestra incapacidad de catalogar algo que creemos o sabemos que hemos hecho mal como algo distinto de un error.
Quizás asumir un error sea como excusarnos. No hablo de culpas o remordimientos que puedan afectar más allá de nuestra piel, hablo de "autoexculparnos". Todo el mundo comete errores es la frase más socorrida que tenemos, olvidando la mayoría de las veces que mal de muchos es consuelo de tontos.
Yo he hecho cosas mal. Cosas mal a posta y cosas mal sin darme cuenta; he tomado malas decisiones y he jugado con fuego hasta quemarme. Y en su momento cada una de esas cosas me pareció lo mejor, y como cuando descubrí que no lo eran ya era tarde, no erré. Aprendí.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Pongamos que hablo de Madrid

Recuerdo que el primer día de clase creía que la conocía de algo. Y que aunque era octubre y estábamos en Murcia, llevaba chaqueta de cuero. No sé cuándo nos hicimos amigas ni por qué, pero no fue ese curso.

Tan perfeccionista que raya el desastre, que vive al borde de la explosión y yo nunca sé si de la risa o del llanto. Es la más formal y la más indiscreta, la macarra menos esperada, la chula más humilde, trabaja como una burra esperando mucho y a cambio de nada, le puede la pasión y, a veces, de buena es tonta.
Quedamos poco y cuando lo hacemos le doy lecciones de vida como si los meses que separan nuestros cumpleaños fueran décadas en las que yo hubiese adquirido una gran sabiduría. Pero sabe que no tiene que hacerme caso, que me tiene calada, que no soy tan buena ni soy tan mala.

Y que siempre esperaré a que termine de comer antes de levantarme de la mesa.

O*

I have to come back!

Han pasado 5 años y unos meses desde que abandoné lo que para mí era una necesidad. Supongo que porque nacieron otras que, por novedosas y pasionales, me urgía saciar. Me gusta escribir, me gusta mucho y aún así no lo hago.
Hoy he echado un vistazo a un buen blog de alguien a quien quiero. Es sencillo, no hay arrogancia, no hay pretensión más allá de contar lo que cualquiera quiera leer, y he pensado en Plastilina Roja. Y Vilches, te he envidiado. Así que voy a volver y, como mi estupidez no es absoluta y guardé algunas cosas, voy a empezar haciendo un pequeño y humilde homenaje.

O*