Hoy me he dado cuenta de que me he estado descuidando.
Que llevaba un mes con la nevera vacía, malcomiendo. Que caminaba con zapatos rotos.
En todos los sentidos de la frase.
Quiero reconocer que me duelen muchas cosas y que siento vacíos.
También quiero decir que soy feliz por haberme dado cuenta de todo esto.
Y que estoy bien, en general.
Ahora que mi vida empieza a ser algo estable, un plan propio a largo plazo, lo que quiero y no puedo se convierte en una frustración constante que me pesa como nunca antes.
Ahora que mi vida empieza a ser algo estable, un plan propio a largo plazo, lo que tengo y he conseguido me produce una satisfacción personal con la que nunca había soñado.
Estoy dejando cosas atrás. Actitudes, costumbres, relaciones, personas.
Defectos.
Y, seguramente, también virtudes.
Toda la vida escuchando que cuanto mayor eres más rápido pasa el tiempo, que no dejes para mañana por la mañana lo que puedas hacer hoy, y tienes que darte cuenta un día con el moño mal hecho, eligiendo congelados en mitad del supermercado.
Un día que no pasará a la historia por nada. O que no hubiera pasado, de no ser por esto.
Creo que tengo miedo a más cosas de las que soy consciente. Creo que lo pasé tan mal en algún momento que he dejado de vivir algunos capítulos por miedo a recordar ese dolor. Y creo haberme dado cuenta de que prefiero vivir.
Porque vivir es jugar y yo quiero seguir jugando.
Dice Andrés.
No sé que me ha pasado.
Tampoco sabía que llevaba más de un año fuera de aquí. Tan lejos de mí.
Y quiero volver.
Y todo bien.
En serio.
O*
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