Hace un rato que he encendido la última de las velas que me traje de Londres.
Tengo que volver. A por velas. A por algunos recuerdos que empiezan a emborronarse.
Llevo toda la vida haciendo listas. De cosas, causas y personas. De sies y noes.
Y cómo me gusta tachar las líneas superadas.
Que no siempre son pruebas.
Que no siempre son.
O*
Plastilina Roja
viernes, 6 de octubre de 2017
martes, 3 de octubre de 2017
La respuesta siempre será sí
Hoy me he dado cuenta de que me he estado descuidando.
Que llevaba un mes con la nevera vacía, malcomiendo. Que caminaba con zapatos rotos.
En todos los sentidos de la frase.
Quiero reconocer que me duelen muchas cosas y que siento vacíos.
También quiero decir que soy feliz por haberme dado cuenta de todo esto.
Y que estoy bien, en general.
Ahora que mi vida empieza a ser algo estable, un plan propio a largo plazo, lo que quiero y no puedo se convierte en una frustración constante que me pesa como nunca antes.
Ahora que mi vida empieza a ser algo estable, un plan propio a largo plazo, lo que tengo y he conseguido me produce una satisfacción personal con la que nunca había soñado.
Estoy dejando cosas atrás. Actitudes, costumbres, relaciones, personas.
Defectos.
Y, seguramente, también virtudes.
Toda la vida escuchando que cuanto mayor eres más rápido pasa el tiempo, que no dejes para mañana por la mañana lo que puedas hacer hoy, y tienes que darte cuenta un día con el moño mal hecho, eligiendo congelados en mitad del supermercado.
Un día que no pasará a la historia por nada. O que no hubiera pasado, de no ser por esto.
Creo que tengo miedo a más cosas de las que soy consciente. Creo que lo pasé tan mal en algún momento que he dejado de vivir algunos capítulos por miedo a recordar ese dolor. Y creo haberme dado cuenta de que prefiero vivir.
Porque vivir es jugar y yo quiero seguir jugando.
Dice Andrés.
No sé que me ha pasado.
Tampoco sabía que llevaba más de un año fuera de aquí. Tan lejos de mí.
Y quiero volver.
Y todo bien.
En serio.
O*
Que llevaba un mes con la nevera vacía, malcomiendo. Que caminaba con zapatos rotos.
En todos los sentidos de la frase.
Quiero reconocer que me duelen muchas cosas y que siento vacíos.
También quiero decir que soy feliz por haberme dado cuenta de todo esto.
Y que estoy bien, en general.
Ahora que mi vida empieza a ser algo estable, un plan propio a largo plazo, lo que quiero y no puedo se convierte en una frustración constante que me pesa como nunca antes.
Ahora que mi vida empieza a ser algo estable, un plan propio a largo plazo, lo que tengo y he conseguido me produce una satisfacción personal con la que nunca había soñado.
Estoy dejando cosas atrás. Actitudes, costumbres, relaciones, personas.
Defectos.
Y, seguramente, también virtudes.
Toda la vida escuchando que cuanto mayor eres más rápido pasa el tiempo, que no dejes para mañana por la mañana lo que puedas hacer hoy, y tienes que darte cuenta un día con el moño mal hecho, eligiendo congelados en mitad del supermercado.
Un día que no pasará a la historia por nada. O que no hubiera pasado, de no ser por esto.
Creo que tengo miedo a más cosas de las que soy consciente. Creo que lo pasé tan mal en algún momento que he dejado de vivir algunos capítulos por miedo a recordar ese dolor. Y creo haberme dado cuenta de que prefiero vivir.
Porque vivir es jugar y yo quiero seguir jugando.
Dice Andrés.
No sé que me ha pasado.
Tampoco sabía que llevaba más de un año fuera de aquí. Tan lejos de mí.
Y quiero volver.
Y todo bien.
En serio.
O*
sábado, 10 de septiembre de 2016
Qué bien
Erase una vez el verano más rápido del mundo, que no corto.
Y el otoño ansioso que colorea los árboles.
Y las nubes cargadas de gris casi oscuro.
Y domingos en la cama en los que bailar no es raro.
Y tardes en los parques en los que no caben más besos.
Y el miedo de repente, y frenar, pero sin irnos.
Y el no saber de qué vamos pero seguir.
Y todo lo demás.
Todo el rato.
Sin parar.
O*
Y el otoño ansioso que colorea los árboles.
Y las nubes cargadas de gris casi oscuro.
Y domingos en la cama en los que bailar no es raro.
Y tardes en los parques en los que no caben más besos.
Y el miedo de repente, y frenar, pero sin irnos.
Y el no saber de qué vamos pero seguir.
Y todo lo demás.
Todo el rato.
Sin parar.
O*
domingo, 22 de mayo de 2016
Un lugar en tu almohada
Cambió la letra protestando por el silencio. Por las noches que nos quedamos sin voz, porque las echa de menos.
Cambió el sonido buscando el tono, el que afina las frases que dices sin sentido pero con sentimiento.
Todos los peros y las palabras que no y que sí nos dijimos. Las que sí pensamos pero no nos atrevimos.
Y se me enreda su voz de fondo, entonando las notas que gritaste el otro día. Y me quedo colgada en el teclado. Porque a mí siempre me gustó más escribir letras que después puedo tocar.
Y ya lo sabías.
Cambió el sonido buscando el tono, el que afina las frases que dices sin sentido pero con sentimiento.
Todos los peros y las palabras que no y que sí nos dijimos. Las que sí pensamos pero no nos atrevimos.
Y se me enreda su voz de fondo, entonando las notas que gritaste el otro día. Y me quedo colgada en el teclado. Porque a mí siempre me gustó más escribir letras que después puedo tocar.
Y ya lo sabías.
martes, 17 de mayo de 2016
Una noche de verano
A-gota-da.
Gota a gota.
Copa a copa.
La copa rota.
Y te canto por las noches,
y no te giras, pero lo sabes.
Y tú tarareas y la almohada gime.
Que tiene sueños pendientes,
que no le dejamos dormir.
Que te calles, que me calles.
Y fue hace tanto que no me acuerdo del por qué.
Que sí del cómo y del cuando, y del querer.
Que no de ti ni de nosotros, ni de volver.
Las rimas que sólo suenan bien en ojos cansados.
Del reir y del querer. Y del ya no. Y del llorar.
Gota a gota.
Copa a copa.
La copa rota.
Y te canto por las noches,
y no te giras, pero lo sabes.
Y tú tarareas y la almohada gime.
Que tiene sueños pendientes,
que no le dejamos dormir.
Que te calles, que me calles.
Y fue hace tanto que no me acuerdo del por qué.
Que sí del cómo y del cuando, y del querer.
Que no de ti ni de nosotros, ni de volver.
Las rimas que sólo suenan bien en ojos cansados.
Del reir y del querer. Y del ya no. Y del llorar.
lunes, 4 de abril de 2016
Al final
Una retirada a tiempo, un triunfo. Mi triunfo.
Porque ya no echo de menos, a pesar de ti.
Que cuando algo para sin frenos no para, se estrella. Y no me cabían más morados y arañazos. Y que soy muy blanca, y se veían.
Los ojos secos, la boca abierta, la piel sensible y el corazón cansado. Todo eso. Todo el rato.
Desconfío de las intenciones de quien no vuelve a un puerto por amor, sino por paz.
Que la paz que has elegido no es peor que mi guerra.
Porque aquí la que duerme
bien
soy
yo.
O*
Porque ya no echo de menos, a pesar de ti.
Que cuando algo para sin frenos no para, se estrella. Y no me cabían más morados y arañazos. Y que soy muy blanca, y se veían.
Los ojos secos, la boca abierta, la piel sensible y el corazón cansado. Todo eso. Todo el rato.
Desconfío de las intenciones de quien no vuelve a un puerto por amor, sino por paz.
Que la paz que has elegido no es peor que mi guerra.
Porque aquí la que duerme
bien
soy
yo.
O*
miércoles, 17 de febrero de 2016
Quiero
Volar cometas, fugar estrellas, hablar bajito sólo porque afuera está oscuro.
Ver leer algo bonito a alguien más bonito todavía, oir voces que teletransportan y que al salir de la ducha me esperen para envolverme en una toalla casi nueva.
Destrozar a gritos canciones haciendo coros en coches con amigos, la arena que queda en los pies cuando los metes al mar en invierno, el olor de mi madre en sus pañuelos. Subir al faro, ver aviones en el cielo, acostarme en el centro de una cama enorme y ser un gato.
Qué cosas, qué cosas...
Qué de cosas.
O*
Ver leer algo bonito a alguien más bonito todavía, oir voces que teletransportan y que al salir de la ducha me esperen para envolverme en una toalla casi nueva.
Destrozar a gritos canciones haciendo coros en coches con amigos, la arena que queda en los pies cuando los metes al mar en invierno, el olor de mi madre en sus pañuelos. Subir al faro, ver aviones en el cielo, acostarme en el centro de una cama enorme y ser un gato.
Qué cosas, qué cosas...
Qué de cosas.
O*
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