Verte tan capaz como fuera. Tan repleto de ganas y tan distante que al final en vez de abrirte y desparramar todo lo que tienes ganas, apagas la luz y cierras alguna puerta.
Sigo ardiendo, ardiendo en llamas, lejos aún de las cenizas. Sigo leyendo verdades dramáticas, sigo viviendo alegrías reales. Recuerdo cuando todo era al revés y la vida era un drama. El problema de esto último es ahora la nostalgia.
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