Acabo de leer esto:
"Eres de quien te acuerdas cuando tienes miedo"
y he buscado y he leído otras verdades. Aún peores.
Ahora ya lo sabes, lo sabemos, porque sólo te llevo de ventaja el tiempo que tardes en leer lo que ahora mismo escribo.
A pesar de hablar sin fin, de hablarte (cuando me lees y cuando no), hay un todo escondido en el silencio que cada vez es más grande. Con suerte es sólo aire, con suerte es un globo de los que vuelan hasta el infinito y más allá y tienen la elegancia de explotar cuando tú ya no los ves, permitiendo así imaginar que lo que se nos escapó está visitando la luna, y puede que vuelva.
O no.
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