jueves, 5 de junio de 2014

Aquellas pequeñas cosas

Me gusta dormir boca abajo y mirando la pared, que en mi habitación queda a mi izquierda. Me gusta tener la persiana lo suficientemente bajada como para que la luz que entre sea tenue pero el aire fresco constante. Me gusta tener muchos libros pendientes en la mesilla porque, aunque últimamente casi no leo, me gusta pensar que estoy a punto de volver a hacerlo. Me gusta despertarme con el tiempo suficiente para poder ir a mi ritmo. Me gusta desayunar sola y vestirme escuchando música. Me gusta quedarme en la cama cinco minutos y leer los whatsapps de quienes madrugan más que yo.
Me gusta llegar a casa y que mis perros corran a saludarme. Me gusta llegar a casa, a secas. Me gusta cocinar cuando no tengo que hacerlo y me gusta cenar con mi familia. Me gustan las sobremesas en las que siempre nos reímos y me gusta pensar que somos especiales por terminar siempre a carcajadas. Me gusta mi familia, que no es normal pero es preciosa.
Me gusta sentir tanto como siento. Me gusta dejarme llevar, me gusta no tener miedo a sentir, me gusta jugar aunque a veces sepa que al final va a doler. Me gustan mis amigos. Me gusta la sensación de admiración que me hacen sentir cuando veo cómo hemos crecido y que cada uno, a su manera, está buscando, construyendo o imaginando su propio camino. Me gusta sentir lo diferentes que somos y lo igual que nos queremos.
Me gusta que el sol me deslumbre cuando salgo a la calle, me gusta el sol, me gusta la calle. Me gusta caminar pensando en mis cosas, mirando a todos lados y sin fijarme en nada. Me gusta cantar siempre, o casi. Me gusta ir al cine. Me gustan los domingos de sofá, peli y manta. Me gusta la cerveza y, cada vez más, el vino.
Me gusta el mar, mucho. Me gusta el olor a mar, me gusta el sabor a mar que se queda en la boca después de un baño, me gusta el sonido sordo que se escucha cuando tienes la cabeza sumergida.
Me gusta lo mucho que me gusta lo que me gusta, me gusta ser exagerada. Me gusta.

O*

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